
Los gliomas de IV grado de la OMS, también conocidos como Glioblastoma Multiforme (GBM) es el tumor primario maligno más frecuente del cerebro.
Se localiza en la sustancia blanca subcortical de los hemisferios cerebrales. El lóbulo mas afectado suele ser el lóbulo temporal (31%), parietal (24%), frontal (23%) y lóbulos occipitales (16%), aunque la localización fronto-temporal combinado es especialmente típico.
La historia clínica de la enfermedad suele ser corta menos de 3 meses en más de 50% , a menos que sea glioblastoma secundario ( transformación de un glioma de bajo de grado, a un glioma de alto grado).
Los signos y síntomas son de aumento de presión intracraneal, es decir, dolor de cabeza que va aumentado de intensidad, vomitos en proyectil y deterioro paulatino hasta llegar a la pérdida del estado de alerta, estupor o coma. Otra presentación frecuente son las crisis convulsivas.
El tratamiento actual consiste en cirugía con resección máxima posible del tumor seguida de quimioterapia (temozolomida) aplicada concomitantemente con radioterapia del campo local. Con este tratamiento la media de supervivencia global de 12,1 a 14,6 meses.
El porcentaje de GBM en pacientes vivos cinco años después del diagnóstico es muy bajo, ya que tiene muy mal pronóstico. Los pacientes que sobreviven por más de 36 meses se conocen como supervivientes a largo plazo, y todos ellos sometidos a tratamiento multidisciplinario.